Los aditivos alimentarios son sustancias químicas, a veces de origen natural y otras de origen artificial, que se añade a las comidas por parte de las empresas. Puesto que el tema es delicado, las leyes que lo legislan también lo son. Por esto, todos los aditivos alimentarios tienen que ser revisados continuamente y tener una autorización del gobierno para que las empresas tengan permiso de ponerlo en las comidas que preparan. Para ello, deben de cumplir tres condiciones: demostrarse la necesidad tecnológica del uso del aditivo, no presentar ningún peligro para el consumidor en las dosis propuestas y no inducir a error al consumidor. Estos deben figurar en el etiquetado del alimentos, bien por su nombre o, para ser más breves, por los números E.
Puesto que la ley está bien hecha en este sentido, ¿qué provoca entonces que la gente siga descontenta? Principalmente dos cosas, cuando la ley falla al aplicarse y el desconocimiento. En el primer caso, es obvio lo que se debe hacer, arreglar la ley, pero ¿cómo sabemos cuando falla? Muy fácil, cuando en la lista de aditivos hay sustancias que se emplean legalmente a pesar de ser tóxicas en dosis que no sean exageradamente grandes. Y lo cierto es que esto ocurre, y es el caso del E151 (empleado en regaliz, dulces, caviar...) o el E430 (empleado en salsas y postres). Lo cierto es que estos dos aditivos pueden provocar daños en el organismo y hasta producir cáncer por su consumo a largo plazo, pero por suerte ya son ilegales en muchos países. Aunque en cuanto a España se refiere, solo el E430 es ilegal, pues aunque el E151 también lo es en muchos países, en España sigue siendo legal un producto que a largo plazo podría ser cancerígeno.
En este caso, es decir, cuando la ley falla, la solución es fácil, y es que simplemente se deberían de prohibir todos aquellos aditivos que en dosis normales sean perjudiciales para la salud. Es un dato objetivo en el que me imagino que casi todos estaremos de acuerdo. La pregunta es, ¿es esto tan común como nos creemos?
Ahora toca hablar del segundo caso, y es el desconocimiento de la gente. Gran parte de la población mira mal el uso de aditivos alimentarios, sean cuales sean, y lo cierto es que la inmensa mayoría de los que se usan hoy en día son inofensivos en nuestro organismo o, en el caso de producir problemas, se tratarían de reacciones alérgicas poco comunes o de un consumo en exceso del alimento. Pero aún así, muchas personas siguen mirando con malos ojos el uso de estas sustancias químicas, simplemente porque no vienen con el alimento, pero no saben que si estas sustancias no se añadieran, la calidad de los alimentos sería realmente peor o incluso más caros. Y bien, alguien podría pensar que por evitar sufrir un riesgo es preferible comprar comida orgánica o natural aunque su precio sea ligeramente superior, pero cuando realmente estos alimentos no presentan ningún aditivo dañino, lo preferible es comprar la comida que los lleva, pues tardarán más en podrirse, serán más baratos y/o tendrán simplemente mejor pinta.
Se que ahora mismo puedes estar pensando que por muy inofensivo que sea es mejor que algo sea natural. ¿Seguro? Vamos a analizar casos en concreto.
En este caso, es decir, cuando la ley falla, la solución es fácil, y es que simplemente se deberían de prohibir todos aquellos aditivos que en dosis normales sean perjudiciales para la salud. Es un dato objetivo en el que me imagino que casi todos estaremos de acuerdo. La pregunta es, ¿es esto tan común como nos creemos?
Ahora toca hablar del segundo caso, y es el desconocimiento de la gente. Gran parte de la población mira mal el uso de aditivos alimentarios, sean cuales sean, y lo cierto es que la inmensa mayoría de los que se usan hoy en día son inofensivos en nuestro organismo o, en el caso de producir problemas, se tratarían de reacciones alérgicas poco comunes o de un consumo en exceso del alimento. Pero aún así, muchas personas siguen mirando con malos ojos el uso de estas sustancias químicas, simplemente porque no vienen con el alimento, pero no saben que si estas sustancias no se añadieran, la calidad de los alimentos sería realmente peor o incluso más caros. Y bien, alguien podría pensar que por evitar sufrir un riesgo es preferible comprar comida orgánica o natural aunque su precio sea ligeramente superior, pero cuando realmente estos alimentos no presentan ningún aditivo dañino, lo preferible es comprar la comida que los lleva, pues tardarán más en podrirse, serán más baratos y/o tendrán simplemente mejor pinta.
He ido a la despensa de mi casa y he cogido los tres primeros productos que he encontrado que contenían números E. Hay que destacar que algunos de los que he visto ni si quiera los tenían. Vamos a analizar los números y comprobar si realmente son inofensivos o no y para que sirven. Para ello, vamos a valernos de esta página web, donde vosotros mismo también podréis comprobar lo siguiente:
Tortitas de trigo del supermercado Día:
E422: Glicerol. Edulcorante sintético y humectante. Totalmente inofensivo.
E415: Goma xantana. Espesante sintético y gelificante. No recomendado para niños recién nacidos o mujeres embarazadas, pues puede provocar la aparición de Enterocolitis Necrosante.
E471: Mono y diglicéridos de ácidos grasos. Emulsionante natural y antioxidante. En animales de laboratorio provoca un aumento del tamaño el hígado y riñones solo en grades dosis.
E330: Ácido cítrico. Acidulante y corrector de la acidez. Casi inofensivo, no se recomienda en grandes dosis porque puede causar corrosión dental.
E281: Propionato de sodio. Conservante sintético (previene la aparición de moho, hongos y bacterias). Totalmente inofensivo.
E202: Sorbato de potasio. Conservante natural o sintético (previene la aparición de hongos). Casi inofensivo, no se recomienda tomar altas dosis porque podría provocar diarrea y cálculos renales.
E450: Difosfatos. Estabilizantes sintéticos y correctores de la acidez. Solo en grandes dosis puede provocar hiperactividad, problemas digestivos y puede reducir el equilibrio natural de calcio y fósforo en el organismo, pero es fácil de consumir mucho debido a los numerosos alimentos que lo contienen.
E500: Carbonatos de sodio. Antiaglomerante, levadura y corrector de la acidez. Totalmente inofensivo.
Caramelos blandos de Dolis:
E330: Ácido cítrico. Acidulante y corrector de la acidez. Casi inofensivo, no se recomienda en grandes dosis porque puede causar corrosión dental.
E441: Gelatina. Espesante y gelificante. Se debe evitar la gelatina porcina porque puede causar alergias o asma, pero es difícil porque la ley no obliga a detallar su origen.
E100: Curcumina. Colorante natural. Totalmente inofensivo.
E160c: Extracto de pimiento. Colorante natural. Totalmente inofensivo.
E163: Antocianinas. Colorantes naturales. Totalmente inofensivo, incluso tiene potentes efectos antioxidantes contra enfermedades del corazón, cáncer y diabetes.
Croissant de Hacendado:
E471: Mono y diglicéridos de ácidos grasos. Emulsionante natural y antioxidante. En animales de laboratorio provoca un aumento del tamaño el hígado y riñones solo en grades dosis.
E472e: Ésteres de los ácidos grasos. Emulsionante natural y antioxidante. En animales de laboratorio provoca un aumento del tamaño el hígado y riñones solo en grades dosis.
E472c: Ésteres cítricos de los ácidos grasos. Emulsionante natural y antioxidante. En animales de laboratorio provoca un aumento del tamaño el hígado y riñones solo en grades dosis.
E481: Estearoil-2-Lactilato de sodio. Emulsionante sintético y estabilizante. Totalmente inofensivo.
E300: Ácido ascórbico. Antioxidante. Casi inofensivo, no se recomienda tomar grandes dosis porque puede causar diarreas y cálculos renales.
E160: Betacaroteno. Colorante. Casi inofensivo, solo podría acelerar la aparición de cáncer de pulmón en fumadores.
E466: Carboximetilcelulosa. Estabilizante sintético y espesante. Se desconocen los efectos del consumo habitual de fibra añadida de forma artificial a los alimentos, pero es de esperar que ocurra lo mismo que con la celulosa normal, aunque no es digerible si es fermentada.
E330: Ácido cítrico. Acidulante y corrector de la acidez. Casi inofensivo, no se recomienda en grandes dosis porque puede causar corrosión dental.
E304: Palmito ascorbilo. Antioxidante sintético. Casi inofensivo, en grandes dosis puede provocar diarreas y cálculos renales.
E307: Alfa tocoferol. Antioxidante sintético. Casi inofensivo, únicamente no se recomienda tomar con grandes dosis de suplementos de vitamina E.
E282: Propionato de calcio. Conservante sintético. Totalmente inofensivo.
E202: Sorbato de potasio. Conservante. Casi inofensivo, en grandes dosis puede provocar diarreas y cálculos renales.
E200: Ácido sórbico. Conservante. Casi inofensivo, en grandes dosis puede provocar diarreas y cálculos renales.
E422: Glicerol. Edulcorante sintético y humectante. Totalmente inofensivo.
E415: Goma xantana. Espesante sintético y gelificante. No recomendado para niños recién nacidos o mujeres embarazadas, pues puede provocar la aparición de Enterocolitis Necrosante.
E471: Mono y diglicéridos de ácidos grasos. Emulsionante natural y antioxidante. En animales de laboratorio provoca un aumento del tamaño el hígado y riñones solo en grades dosis.
E330: Ácido cítrico. Acidulante y corrector de la acidez. Casi inofensivo, no se recomienda en grandes dosis porque puede causar corrosión dental.
E281: Propionato de sodio. Conservante sintético (previene la aparición de moho, hongos y bacterias). Totalmente inofensivo.
E202: Sorbato de potasio. Conservante natural o sintético (previene la aparición de hongos). Casi inofensivo, no se recomienda tomar altas dosis porque podría provocar diarrea y cálculos renales.
E450: Difosfatos. Estabilizantes sintéticos y correctores de la acidez. Solo en grandes dosis puede provocar hiperactividad, problemas digestivos y puede reducir el equilibrio natural de calcio y fósforo en el organismo, pero es fácil de consumir mucho debido a los numerosos alimentos que lo contienen.
E500: Carbonatos de sodio. Antiaglomerante, levadura y corrector de la acidez. Totalmente inofensivo.
Caramelos blandos de Dolis:
E330: Ácido cítrico. Acidulante y corrector de la acidez. Casi inofensivo, no se recomienda en grandes dosis porque puede causar corrosión dental.
E441: Gelatina. Espesante y gelificante. Se debe evitar la gelatina porcina porque puede causar alergias o asma, pero es difícil porque la ley no obliga a detallar su origen.
E100: Curcumina. Colorante natural. Totalmente inofensivo.
E160c: Extracto de pimiento. Colorante natural. Totalmente inofensivo.
E163: Antocianinas. Colorantes naturales. Totalmente inofensivo, incluso tiene potentes efectos antioxidantes contra enfermedades del corazón, cáncer y diabetes.
Croissant de Hacendado:
E471: Mono y diglicéridos de ácidos grasos. Emulsionante natural y antioxidante. En animales de laboratorio provoca un aumento del tamaño el hígado y riñones solo en grades dosis.
E481: Estearoil-2-Lactilato de sodio. Emulsionante sintético y estabilizante. Totalmente inofensivo.
E300: Ácido ascórbico. Antioxidante. Casi inofensivo, no se recomienda tomar grandes dosis porque puede causar diarreas y cálculos renales.
E160: Betacaroteno. Colorante. Casi inofensivo, solo podría acelerar la aparición de cáncer de pulmón en fumadores.
E466: Carboximetilcelulosa. Estabilizante sintético y espesante. Se desconocen los efectos del consumo habitual de fibra añadida de forma artificial a los alimentos, pero es de esperar que ocurra lo mismo que con la celulosa normal, aunque no es digerible si es fermentada.
E330: Ácido cítrico. Acidulante y corrector de la acidez. Casi inofensivo, no se recomienda en grandes dosis porque puede causar corrosión dental.
E307: Alfa tocoferol. Antioxidante sintético. Casi inofensivo, únicamente no se recomienda tomar con grandes dosis de suplementos de vitamina E.
E282: Propionato de calcio. Conservante sintético. Totalmente inofensivo.
E202: Sorbato de potasio. Conservante. Casi inofensivo, en grandes dosis puede provocar diarreas y cálculos renales.
Una vez visto todo esto, vamos a hacer un análisis del que sacaremos unas conclusiones:
De un total de 22 aditivos alimentarios de tres diferentes productos, ocho son 100% inofensivos o incluso con beneficios para la salud, 10 solo son inofensivos si cometes una imprudencia (comer mucha cantidad o tomar alguna droga), dos pueden ser peligrosos, uno no se ha investigado aunque probablemente solo es perjudicial en grandes dosis y otro solo es peligroso según su procedencia.
Para hacer una gráfica, vamos a suponer que la gelatina en este caso sí que proviene del cerdo, es decir, que es perjudicial. El resultado sería el siguiente:
Para hacer una gráfica, vamos a suponer que la gelatina en este caso sí que proviene del cerdo, es decir, que es perjudicial. El resultado sería el siguiente:
Como podemos ver, el 82% de los aditivos son inofensivos siempre que en algunos de ellos no te pases tomándolos. Esta cifra pasaría a ser de un 86'4% si tomamos que la carboximetilcelulosa actúa igual que la celulosa, como los científicos sospechan. A partir de aquí, sacamos que solo un 13'6% de los aditivos que hemos analizado pueden ser perjudiciales para la salud. Uno de ellos no es recomendable para madres embarazadas ni bebés recién nacidos (aunque es obvio que un bebé no toma tortitas de trigo), otro solo es perjudicial en grandes dosis pero al encontrarse en muchos alimentos aumenta el riesgo de sufrir daños y la gelatina, que de ser porcina podría contener restos de otras sustancias realmente peligrosas.
Vemos que se la ley puede haber fallado, pero no lo podemos saber con certeza. Lo único quedaría sería fiarnos de esta y esperar que, aunque haya tres sustancias algo peligrosas, estas estén en cantidades que no afectarían negativamente a nuestro cuerpo en lo más mínimo. En el caso de que sí lo hicieran, simplemente deberían de eliminarse o reducir la cantidad hasta un punto no peligroso.
Podemos concluir que aunque pueda haber algunos aditivos alimentarios malos, la mayoría no nos afectan e incluso nos protegen haciendo el alimento de más calidad. Es difícil que esto funcione de una manera perfecta, pero lo cierto es que cada vez vamos a mejor. Basta mirar unos siglos atrás para darse cuenta de que las infecciones alimentarias antes eran muy comunes, y hoy en día cuando esto ocurre es noticia en todos los medios de comunicación.
Siendo así, es absurdo que algunas empresas presuman de tener sus productos totalmente naturales, sin ningún conservante o colorante. En cualquier caso, deberían decir que los que tienen son inofensivos para nosotros y es beneficioso que se encuentre en el alimento, pero decir que no tienen nada es lo mismo que decir que son más vulnerables a la naturaleza y de peor calidad. Lo cierto es que estas empresas, sabiendo la realidad de los aditivos alimentarios, se aprovechan del error que comete la gente para vender su producto.
CONCLUSIÓN GENERAL:
SÍ GENERAL A LA COMIDA CON ADITIVOS ALIMENTARIOS Y SÍ A LA ELIMINACIÓN DE LOS QUE PUEDAN SER PERJUDICIALES
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